martes, 6 de noviembre de 2012

Novena para celebrar al Cristo del Reino


NOVENA  A  CRISTO  REY :  CRECE  EL  REINO.

 

 

 

CONTENIDO

Introducción. Orientaciones. Letanías a Cristo Rey.

Guías y comentarios

1.      Jesucristo es nuestro rey-pastor. Juan 10,11-16: ‘Yo soy el Buen Pastor’.

  1. De los pobres es el Reino de Dios. Lucas 6,20-31: ‘Felices los pobres…’.
  2. El Reino no se detiene. Marcos 4,26-29: ‘La semilla brota de cualquier manera’.
  3. Los caminos que no son del Reino. Mateo 4,1-10: Las 3 tentaciones de Jesús.
  4. Los conflictos por el Reino. Marcos 4,35-41: La tempestad calmada.
  5. Nuestras destrucciones del Reino. Efesios 6,10-20: El imperio de la muerte.
  6. El precio del Reino es la cruz y la resurrección. Juan 12,20-26: El grano de trigo.
  7. El proyecto del Reino. Génesis 2,5-25.
  8. La celebración gozosa del Reino. Apocalipsis 21,1-8: El cielo nuevo y la tierra nueva.

Anexos

1.      Jesús Cristo es el Señor

2.      Contenido original: CEBs de Guayaquil

3.      Somos un Reino de fraternidad y libertad.

 

CEBs de Guayaquil. 2009. PR.
 I N T R O D U C C I Ó N.

 

MENSAJE GENERAL

Jesucristo es nuestro rey-pastor: encabeza el Pueblo de los cristianos para que construyamos juntos el Reino de Dios. Para Jesús, la imagen del pastor es más significativa que la de rey: acepta el título de rey sólo durante la pasión y en la cruz. Estamos llamados a formar un Pueblo cuya misión es la construcción del Reino, desde los pobres: sólo así podemos manifestar que Cristo es nuestro rey-pastor.

 

JESUCRISTO  ES  EL  REY – PASTOR.

 

            Durante su vida itinerante, Jesús fue el profeta y el artesano del Reino de Dios. Al comenzar su ministerio, es lo primero que dice: ‘El Reino de Dios se ha acercado: Tomen otro camino y crean en la Buena Nueva’ (Marcos 1,15) La Buena Nueva que Jesús ha venido a anunciar es precisamente esta llegada del Reino por medio de su presencia, sus palabras, sus milagros y su muerte y resurrección. Dice a los enviados de Juan Bautista: ‘Vayan a contarle a Juan lo que han visto y oído: los ciego ven, los cojos andan, los leprosos son purificados, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia la Buena Nueva a los pobres’ (Lucas 7,22).

Pronto, la gente descubrió en Jesús un líder, un rey según el corazón de Dios. Pero, nunca Jesús aceptó que lo llamaran ‘rey’, en particular después de la multiplicación de los panes: ‘Cuando Jesús vio que querían tomarlo a la fuerza para proclamarlo rey, huyó de nuevo solo a la montaña’ (Juan 6,15).

-         Sus propios discípulos tuvieron muchas dificultades por entender cómo Jesús concebía este Reino de Dios: ‘Concédenos que nos sentemos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda cuando estés en tu Reino’. Al cual Jesús contestó: ‘Entre Uds., no ha de ser así. Al contrario, el que quiera ser el más importante, que se haga el servidor de todos, y el que quiera ser el primero, que se haga el siervo de todos’ (Marcos 10,37 y 43).

-         Para evitar una concepción demasiado humana del Reinado de Dios, Jesús utilizó otra comparación muy sencilla y más significativa para un pueblo de campesinos, la del pastor.

-         Se identifica como pastor: ‘Yo soy el buen pastor’ (Juan 10, 11).

-         Con esta comparación, Jesús hace referencia a lo anunciado por los profetas: ‘De ti, Belén, saldrá un jefe, el pastor de mi Pueblo Israel’ (Mateo 2,6 citando a Miquea 5,1).

-         Cuando Jesús envió en misión delante de él a sus 12 apóstoles, les recomienda de ‘ir primero a las ovejas perdidas del Pueblo de Israel’ (Mateo 10,6). Indicaba así que la primera misión de sus seguidores, era de ser como él ‘pastores’, y particularmente hacia los más ‘perdidos’.

-         Es la promesa que Jesús manifestó para el Pueblo de los que nos reclamamos de él: ‘No temas, pequeño rebaño, porque al Padre le agradó darte el Reino’ (Lucas 12,32).

-         Durante su vida, Jesús actuó como ‘pastor’, multiplicando el pan para los que lo habían seguido 3 días sin comer: ‘Sintió compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor’ (Marcos 6,43).

-         Todos conocemos la parábola de ‘la oveja perdida’: '¿Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que vuelve a Dios que por 99 justos que no tiene necesidad de convertirse?’ (Lucas 15,4-6).

-         También, en la parábola del juicio final, Jesús se presenta como ‘el Hijo del Hombre que se sentará en su trono como rey glorioso… Y, como el pastor separa a las ovejas de los machos cabríos, así también hará él’ (Mateo 25,31-32)

-         Después de la resurrección, que Jesús confió a Pedro la tarea de ser pastor, en una triple recomendación: ‘Cuida y apacientas a mis ovejas’ (Juan 21,16-17).

Todo esto, nos demuestra cómo debemos orientar nuestra devoción al Cristo Rey: Este rey es primero pastor, y nosotros debemos formar el Pueblo de sus ovejas. Al ejemplo de Jesús y de los apóstoles, tenemos la misión de guiarnos como el pastor conoce a sus ovejas, las guía, apacienta, protege, defiende y da la vida por ellas.

Ayudémonos para hacer de esta novena al Cristo rey ‘un tiempo de gracia, tomar otro camino y creer en la Buena Nueva del Reino de Dios’, mediante una vida nueva.

ORIENTACIONES  PARA  EL  ANIMADOR

 

 

            Para el desarrollo de cada día de la novena, se sugiere los pasos siguientes que se repiten en cada uno de los 9 temas. Es bueno repartirse tareas: el saludo, la lectura, la invitación para las oraciones comunitarias, la oración de conclusión, la bendición, tal vez el entonar algún canto,… El desarrollo de los temas se puede hacer con menos preguntas.

-         Saludos, canto y Letanías a Cristo Rey.

-         Motivación desde nuestra realidad.

-         Canto. Palabra de Dios con su comentario dialogado.

-         Oraciones comunitarias y oración de conclusión.

-         Bendición y canto final.

 

Nota: En las guías, no se indica los cantos, sino que el animador los prepara con anticipación: unos 3 por temas, que se pueden repetir a lo largo de la novena.

 

 

LETANÍAS  A  CRISTO  REY.

 

            A las 3 primeras invocaciones, contestamos: ‘Ten piedad de nosotros’.

Dios Padre que nos ama sin medida… ten piedad de nosotros.

Dios Espíritu Santo que nos ilumina y fortalece… ten…

Cristo, Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo…

            A las siguientes invocaciones, contestamos: ‘Camina con nosotros’.

Cristo rey, nuestro buen pastor… Camina con nosotros.

Cristo rey, guía de los que creemos en ti…

Cristo rey, defensor de los pobres…

Cristo rey, protector de los desamparados…

Cristo rey, profeta del Reino de Dios…

Cristo rey, victorioso para siempre…

Cristo rey, camino, verdad y vida de tu Pueblo…

Cristo rey, triunfador del mal…

Cristo rey, servidor hasta el don de la vida…

Cristo Rey, solidario de los más necesitados…

Cristo rey, vencedor de la muerte…

Cristo rey, siempre vivo con nosotros…

Cristo rey, único Señor del mundo y del cosmos…

Cristo rey, más fuerte que el mal…

Cristo rey, hacedor de una pascua permanente…

Cristo rey, restaurador del proyecto de Dios…

Cristo rey, modelo de la tierra nueva…

Cristo rey, modelo de los cielos nuevos…

Tres veces: Cristo rey, camina con nosotros.

 


 TEMA  1 : JESUCRISTO  ES  NUESTRO  REY-PASTOR.

 

 

Saludos Agradecer la acogida de los dueños de casa y felicitar a los presentes. Canto y Letanías a Cristo Rey.

Motivación desde nuestra realidad. Importancia de esta devoción al Cristo Rey:

̵            Esta novena será ocasión, por una parte, de la profundización de nuestra fe y, por otra, de relaciones más fraternales entre todos nosotros.

̵            Comenzaremos diciendo lo bonito que es para nosotros esta novena. Luego veremos que, al título de ‘rey’, Jesús prefiere la de ‘pastor’. Por fin, profundizaremos sentido que nos da Jesús para toda nuestra vida.

Conversemos.

  1. Contemos de qué manera nos hemos hecho devotos de Cristo rey.

Palabra de Dios con su comentario dialogado. Canto. Juan 6, 15 y 10,11-16: ‘Yo soy el Buen Pastor’.

  1. En la segunda lectura, ¿qué título prefirió darse Jesús?
  2. En la comparación que nos dio Jesús, ¿cuáles son las tareas del pastor?
  3. ¿Qué conclusiones sacamos para nosotros?

Oraciones comunitarias, entre todas y todos.

Oración de conclusión: Dios nuestro Padre, nos llama a través de nuestra devoción al Cristo rey, tu hijo y nuestro modelo. Haz que descubramos en él al buen Pastor que nos quiere unirnos más a ti y a los demás. Esto te lo pedimos por tu Espíritu que vive con nosotros por los siglos de los siglos. Amén.

Bendición y canto final.

Nota. Ver el lugar de la próxima reunión y las tareas de los participantes.

 

 

COMENTARIO  1  (para  el  animador) :  CRISTO  REY  ES  NUESTRO  PASTOR.

 

1. Ser muy fraternal y respetuoso.

Toda devoción es importante. Es un camino de Dios hacia nosotros; es también un camino de nosotros hacia Dios y los demás. Por eso, hay que primero felicitar a la gente, en nuestro caso, por su devoción a Cristo rey. Esta ha mantenido presente la relación con Dios y con lo demás: estas reuniones son el signo de todo esto y es muy valioso.

En un segundo tiempo, descubrimos que, muchas veces, las devociones han podido encerrarnos en el individualismo y el espiritualismo. El método de esta novena va a ser de sumo respeto a lo que piensa, cree y hace la gente. Esto será el punto de partido para profundizar la fe escondida en esta devoción y fortalecer los lazos de amistad entre vecinos. Busquemos en el diálogo inicial que cada uno exprese lo que siente, para que se siente valorado y tomado en cuenta.

 

2. Jesús prefirió el título de ‘pastor’ al de ‘rey’.

En el Pueblo de Jesús, la experiencia de los reyes, fuera de algunas pocas excepciones, había sido bastante negativa: corrupción, aventuras guerreras, idolatría, persecución a los profetas, explotación y marginación de los pobres…

Por sus palabras y sus milagros, Jesús fue visto como el líder del Pueblo de los Pobres, el Mesías esperado, el rey que se necesitaba para volver a la fidelidad de la alianza. Jesús aceptó el sueño de su Pueblo, pero buscó otro camino que el reinado temporal para hacerlo realidad. Por esta razón, retomó otra tradición de los profetas que anunciaban a un Mesías Pastor. De ahí, su proclamación: ‘Yo soy el buen Pastor’, con todas las tareas correspondientes a este oficio: conocer bien a las ovejas, defenderlas de los lobos, ponerse al frente de ellas, cuidar de cada una, buscar la extraviada hasta encontrarla, unificarla en un solo rebaño, llevarla a buenos pastos, dar la vida por ellas…

 

3. A nosotros nos toca conformarnos como el Reinado de Dios, bajo el pastoreo de Jesús.

Cristo rey es aquel que nos reúne en torno a él, para construir el reinado de Dios. Nuestra tarea es triple: primero con Cristo, luego con los demás y, en fin, con el Reino. Tenemos que:

̵            Conocer a Cristo rey como ‘pastor’ nuestro, purificando nuestra fe y nuestra vida.

̵            Unificarnos como Pueblo de Dios, comenzando entre vecinos, siendo fraternales y organizados.

̵            Construir el Reino de Dios, siendo pastores los unos con los otros, en particular en la familia.

 

 

 

 TEMA  2 :  DE  LOS  POBRES  ES  EL  REINO  DE  DIOS.

 

 

Saludos. Canto y Letanías a Cristo rey.

Motivación desde nuestra realidad:

̵            Tomar conciencia que somos del Pueblo de los Pobres: Dios no nos quiere miserables, sino dignos en la poquedad que vivimos.

̵            Es pobre delante de Dios aquel que comparte con todos y no explota a nadie. El verdadero pobre no es egoísta ni individualista.

̵            Cristo rey nos invita a unirnos en torno a él para construir la fraternidad y la igualdad, cualidades que son las bases del Reino de Dios.

Conversemos:

  1. ¿Cuándo es digna nuestra pobreza? ¿Y cuándo no?

Palabra de Dios con su comentar dialogado. Canto. Lucas 6,20-26: ‘¡Felices los pobres!’

  1. Según Jesús, ¿de quiénes es el Reino de Dios?
  2. ¿Por qué razones nos aleja del Reino de Dios la acumulación de cosas?
  3. ¿Cuándo necesitamos compartir más entre nosotros y nosotras?

Oraciones comunitarias, entre todas y todos.

Oración de conclusión: Señor Jesús, viviste la pobreza para compartir nuestra realidad: es esto eres nuestro rey. Ayúdanos a compartir con todos para manifestar la presencia del Reino de Dios que es igualdad y fraternidad. Esto te lo pedimos por el Espíritu Santo que vive con nosotros por los siglos de los siglos. Amén.

Bendición y canto final.

Nota. Ver el lugar de la próxima reunión y las tareas para los participantes.

 

 

COMENTARIO  2 :  SER  UN  PUEBLO  POBRE  PERO  DIGNO.

 

1. Somos del Pueblo de los Pobres.

A pesar de todo, esto es nuestra realidad: definitivamente ‘somos del Pueblo de los Pobres’. Luego, veamos nuestras fallas. Entre nosotros, hay gente más acomodada y familias que bordean la miseria. Para ser de Dios, los pobres debemos ser una Comunidad, o sea, el Pueblo de los Pobres. Esto quiere decir que, entre nosotros, existen la unión, la fraternidad y cada vez más igualdad. Dejamos de ser pobres delante de Dios cuando acumulamos, o sea, cuando dejamos de compartir y luchar por la igualdad. El Reino es de los pobres, o sea, de los que confían en Dios y trabajan por la igualdad entre todos. Tener lo necesario es lo normal, es pobreza digna, pero hay luchar para que todos vayan logrando esta dignidad, en particular mediante el compartir.

 

2. Las felicidades y las maldiciones de Jesús.

Jesús estuvo muy claro: ‘¡Felices los pobres!… ¡Pobres de ustedes los ricos!’. La diferencia entre los 2 es que unos viven en Comunidad, o sea, los pobres, y los otros no, porque, para los ricos, el dinero es primero. Si somos pobres en el sentido de dignidad y Comunidad, vamos a ser felices. En las demás felicidades, está incluida la primera. Nos dijo Jesús: Sean pobres, pero juntos y dignos; pasen hambre, pero juntos y dignos; lloren, pero juntos y dignos; sean maltratados, pero juntos y dignos. Ya todo es distinto, porque, juntos y dignos, ya estamos venciendo lo que nos hace sufrir. Bien duras son las maldiciones: a los ricos porque acumulan a costa de los demás, a los que se ríen del dolor ajeno, a los que son engañosamente satisfechos de sí y de sus bienes, a los que son demasiado adulados porque es falsedad. ‘¡Pobres de aquellos, porque ya tienen su consuelo!’.

 

3. Seamos pobres con dignidad y en Comunidad.

Para nosotros, lo primero es la Comunidad: formar Comunidad, sino caemos en el individualismo, el egoísmo. Y adiós la Comunidad. Ya somos de los ricos: las cosas pasan antes de la Comunidad, el dinero nos domina: perdemos la felicidad. ¡Pobres de nosotros y nosotras! Nuestra riqueza es la Comunidad. En definitiva, nos repartimos en los que sí hacemos Comunidad y somos de Dios, y los que no hacemos Comunidad y no somos de Dios: no hay más alternativa.

Ayudémonos a avanzar hacia la igualdad que nos hace verdaderos hermanos y hermanas: la verdadera pobreza nos hace felices y dignos. ‘¡Felices los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios!’.

 

 

 

 

 TEMA  3 :  EL  REINO  NO  SE  DETIENE.

 

 

Saludos. Canto y Letanías a Cristo Rey.

Motivación desde nuestra realidad.

̵            Hablar de Cristo rey es hablar del Reino de Dios del que Cristo es la cabeza. Con su resurrección, este Reino ha sido instaurado definitivamente. Por lo mismo que no se detiene.

̵            Para nosotros se trata solamente de estar en este Reino. Estamos en el Reino de Dios si aportamos nuestra parte, o sea, si vivimos en fe, fraternidad y armonía con todos y con la naturaleza.

̵            Vamos a ayudarnos a evaluar nuestra manera de vivir para ver si está conforme o no a los valores del Reino. Seguir a Cristo rey es seguir su ejemplo para reinar con él.

Conversemos.

  1. Digámonos dónde está el Reino y dónde no está.

Palabra de Dios con su comentario dialogado. Canto. Marcos 4,26-29: ‘La semilla brota de cualquier manera’.

  1. ¿Qué nos quiere dar a entender Jesús con esta comparación de la semilla?
  2. ¿Cómo puede esta comparación aplicarse a nosotros?
  3. ¿Qué compromiso tenemos que llevar adelante para heredar del Reino de Dios desde ahora?

Oraciones comunitarias, entre todas y todos.

Oración de conclusión: Señor Jesús, por tu muerte y resurrección nos abriste las puertas del Reino. Estas esperando nuestra colaboración para que entremos en este Reino. Danos tu Espíritu para que seas tú nuestro rey y nuestro guía, por los siglos de los siglos. Amén.

Bendición y canto final

Nota. Lugar de la próxima reunión y repartición de las tareas.

 

 

COMENTARIO  3 :  EL  REINO  ESTÁ  EN  ESTE  MUNDO.

 

1. A veces construimos el Reino sin darnos cuenta.

El Reino de Dios no es del otro mundo: comenzó con Jesús, continúa con nosotros, y después de nuestra muerte lo gozaremos en plenitud si hemos participado de su crecimiento. Cuando vivimos momentos o gestos de amistad, de perdón, de compartir, de ayuda mutua, de respeto, de cariño, de defensa de la verdad, de promoción de la vida, de protección de la naturaleza, o sea, todo lo que es bueno, bello y verdadero, estamos en el Reino de Dios, colaborando a su presencia y extensión entre nosotros. Pero, estamos fuera del Reino si vivimos lo contrario de lo que acabamos de mencionar, o sea, el individualismo, la dureza de corazón, el materialismo, el egoísmo, la violencia, el quemimportismo, la mentira, la corrupción, el atropello, la destrucción de la naturaleza, en pocas palabras, todo lo que es malo, feo y engañoso.

 

2. El Reino tiene la fuerza de Dios.

Con la comparación de la semilla que crece por sí sola, Jesús nos quiere dar a entender que:

-          No somos nosotros los autores del Reino, sino el mismo Dios que lo inauguró con Jesús.

-          Está sembrado, o sea, a veces escondido, en cada uno de nosotros y en medio de nosotros.

-          Podemos estar extraños al Reino de Dios si no nos damos cuenta de su presencia.

-          Un día habrá que dar cuenta de nuestra vida. ¿Qué presentaremos: frutos que han construido este Reino o pecados de olvido, omisión y destrucción del Reino?

 

3. Ser los colaboradores del Reino.

El Reino de Dios abarca toda la vida, toda la sociedad, toda la naturaleza, todo el cosmos. Ayudémonos a vivir los valores del Reino:

-          Primero en la familia, entre la pareja, con los hijos y entre hermanos y hermanas: o sea el cariño y el apoyo.

-          Luego en el barrio, entre vecinos y amistades: eso es la solidaridad.

-          También en el trabajo, el colegio, la calle, la sana diversión, la fiesta… o sea, la fraternidad.

-          Igualmente con la naturaleza, y en la vida nacional e internacional, o sea, la participación.

 

 

 

 

 

 TEMA  4 :  LOS  CAMINOS  QUE  NO  SON  DEL  REINO.

 

Saludos. Canto y Letanías a Cristo Rey.

Motivación desde nuestra realidad.

-          El Reino es sinónimo de felicidad. Pero a veces buscamos una felicidad engañosa. Creemos que estar ya en el Reino, cuando en realidad no es así.

-          Sólo podemos conocer el Reino de la verdadera felicidad, si nos unimos entre cristianos, primero para conocer los caminos del - Reino de Dios y luego para ayudarnos a recorrerlos juntos. Conversemos.

Conversemos.

  1. Digámonos los falsos caminos de la felicidad.

Palabra de Dios con su comentario dialogado. Canto. Lucas 4,1-13: las tentaciones en contra del Reino.

2.       ¿Cuáles son las 3 tentaciones que tuvo que enfrentar Jesús?

  1. ¿De qué maneras son también nuestras estas 3 tentaciones?
  2. ¿Cómo nos vamos a ayudar a no perdernos por caminos de una felicidad engañosa?

Oraciones comunitarias, entre todas y todos.

Oración de conclusión: Jesucristo, nuestro rey, por tu palabra, tu vida y tu muerte, nos enseñaste los verdaderos caminos del Reino que lleva a la verdadera felicidad. Danos el Espíritu Santo para que no nos dejemos engañar por las tentaciones del demonio y que nos ayudemos para estar siempre en tu Reino, hoy y por los siglos de los siglos. Amén.

Bendición y canto final, entre todas y todos.

Nota. Ver el lugar de la próxima reunión y la repartición de tareas.

 

COMENTARIO  4 :  LAS  EXIGENCIAS  DEL  REINO.

 

1. Todo lo armonioso es del Reino de Dios.

Podríamos decir que el Reino es la armonía en sus distintos niveles:

-          Armonía con uno mismo: eso es valorarse, desarrollarse, sentirse bien.

-          Armonía con los demás: eso es la convivencia, el respeto, la tolerancia, el perdón,…

-          Armonía con la naturaleza: eso es la protección del medio ambiente (limpieza, siembra de plantas).

-          Armonía con Dios: eso es el resultado de las anteriores armonías, con el apoyo de la oración, la Palabra de Dios y los sacramentos.

Dios nos llama a construir personal y colectivamente todas estas armonías. Si lo hacemos colaboramos al crecimiento del Reino y encontramos la verdadera felicidad. Todos y todas hacemos algo o mucho de eso: no nos detengamos.

 

2. Las 3 principales tentaciones de Jesús contra el Reino.

-          Primera: ‘Transformar las piedras en pan’, o sea, resolver sólo los problemas materiales. El Reino de Dios no está en tenerlo todo ni en buscar siempre más. El acumular, o sea, lo económico capitalista, trae la envidia y el despojo. Jesús eligió el compartir y la igualdad como caminos del Reino.

-          Segunda: ‘Acumular riquezas para dominar’, o sea, vivir primero por el dinero. El Reino de Dios no viene por el poder del dinero. La dominación del poder, o sea, la politiquería, trae el atropello y de la muerte. Jesús eligió el servicio y la participación de todos como caminos del Reino.

-          Tercera: ‘Hacer prodigios’, o sea, buscar sólo el prestigio. El Reino de Dios no está sólo en el saber. El saber y el prestigio, o sea, lo ideológico sectario, engañan y marginan. Jesús eligió la sabiduría de los pobres que se enraíza en la solidaridad como camino del Reino.

Para no caer en ninguna de estas 3 tentaciones, Jesús retoma el proyecto de igualdad comenzado por Moisés, el mensaje de amor de los profetas y las propuestas de los sabios del Pueblo de la Antigua Alianza. Por eso, no dijo Jesús: “Mi Reino no es de este mundo”, sino ‘Soy rey, pero mi reino no es como los de este mundo’. Y nosotros somos personalmente testigos y colectivamente artesanos de este Reino.

 

3. Juntos vamos a desenmascarar y superar estas 3 nuestras tentaciones.

Estas 3 tentaciones, sólo el tener, primero el poder y únicamente el saber, son las de la humanidad y de nosotros y nosotras. Para construir el Reino de Dios, nuestra tarea es doble:

-          Primero, ayudarnos a desenmascarar las actitudes que no conducen al Reino y que se esconden muy sutilmente en nuestras actividades diarias: tener sin compartir, no vivir el poder como servicio y amontonar saber para nada.

-          Segundo, unirnos para abrir caminos personales y colectivos que construyen eficazmente el Reino: compartiendo la cosa afín de no acumular, participando de los proyectos de vida afín de no dominar, y expresándonos creativamente afín de no engañar. El Reino está a este precio, pero a nuestro alcance.

 TEMA  5 :  LOS  CONFLICTOS  POR  EL  REINO.

 

Saludos. Canto y Letanías a Cristo Rey.

Motivación desde nuestra realidad.

-          La construcción del Reino nos acarrea toda clase de conflictos: en lo personal, lo familiar, lo profesional, lo social, lo económico, lo político, lo ético, lo religioso,… Ser verdaderos cristianos constructores del Reino es algo permanentemente conflictivo.

-          Y no se nos ha educado a vivir en medio de conflictos ni a enfrentarlos decididamente. Tenemos miedo o buscamos evitar problemas: preferimos nuestra tranquilidad egoísta a una lucha valiente por el Reino. Preferimos una vida de segunda categoría, y nos cerramos al don de la paz interna y duradera.

Conversemos.

  1. En estas reuniones de la novena, ¿qué hemos descubierto del Reino?

Palabra de Dios con su comentario dialogado. Canto. Marcos 4,35-41: Jesús calmó la tempestad.

  1. ¿Qué dijo Jesús a los discípulos y qué hizo con el mar?
  2. ¿Qué clases de conflictos puede representar para nosotros estas olas y esta tempestad?
  3. ¿Cómo nos vamos a ayudar frente a los muchos conflictos mediante la fe y la unión?

Oraciones comunitarias, entre todas y todos.

Oración de conclusión: Jesús, Cristo rey, tú estás con nosotros para que triunfemos de los muchos conflictos que nos asechan. Que esta novena nos una más a ti y entre nosotros para seamos valientes y solidarios por tu Reino, gracias a la fuerza de tu Espíritu que lucha con nosotros por los siglos de los siglos. Amén.

Bendición y canto final.

Nota. Ver el lugar de la próxima reunión y la repartición de tareas.

 

COMENTARIO  5 :  ENFRENTAR  JUNTOS  LOS  CONFLICTOS  POR  EL  REINO.

1. La vida es una serie de conflictos permanentes.

No hace falta detallar que la vida es una lucha permanente por superar pequeños y grandes conflictos que son nuestro pan de cada día: en lo personal, lo familiar, lo profesional, lo social, lo económico, lo político, lo ético, lo religioso… Según enfrentamos y superamos positivamente o negativamente estos conflictos, crecemos o nos debilitamos personalmente y colectivamente. Ahí están nuestros pecados de omisión: dejamos de actuar el bien para hacernos cómplices del mal, dejamos que otros luchen por nosotros, al ser demasiado individualistas y pasivos colaboramos con los grandes males que destruyen nuestra sociedad: la corrupción, la violencia, la explotación, el engaño, la irresponsabilidad…

 

2. Jesús supo enfrentar positivamente toda clase de conflictos.

A lo largo de sus 3 años de profeta y artesano del Reino, Jesús tuvo que pasar por muchos conflictos que terminaron por su muerte en la cruz. Enumeremos estos conflictos:

-          Con su familia: ésta lo creía loco y mandaron a su madre María para que Jesús se quedara tranquilo. ‘Todo aquel que hace la voluntad de mi Padre es mi madre y mis hermanos’ (Mateo 12,46-50).

-          Con su pueblo de Nazaret: no creían en él y hasta lo querían echar al barranco. ‘Pero él, pasando en medio de ellos siguió su camino’ (Lucas 4,28-30).

-          Con sus apóstoles: éstos se disputaban los primeros puestos, dudaban de él, no entendían lo del Reino, ni su muerte y resurrección; Pedro le cerró el camino y lo negó 3 veces, Judas lo traicionó, todos se dormían mientras vienen apresarlo y luego todos se corrieron.

-          Con las autoridades de su tiempo: Jesús era la manifestación de un Dios liberador de las personas y creador de relaciones de igualdad y de justicia. Los sacerdotes que se habían adueñado de la religión y de la gente, no podían soportar a ese Jesús que hacía tambalear su autoridad y sus privilegios: la solución fue de suprimirlo, manipulando al Pueblo y al poder romano.

-          Y hasta con su Padre: Es el fuerte grito en la cruz: ‘Dios mío. ¿por qué me has abandonado? (Marcos 15,33-34), que termino en acto de fe: ‘Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu’ (Lucas 23,46). Recordemos que es sólo durante su pasión y sobre la cruz, que Jesús aceptó que lo nombrasen rey: ‘Jesús Nazareno, Rey de los Judíos’ (Juan 19,20).

Estos 3 años de conflictos terminaron con su muerte, en fracaso aparente. Pero con su resurrección y el don del Espíritu, Jesús sigue caminado con nosotros para que logremos las mismas victorias que él alcanzó.

 

3. Los conflictos son desafíos a vivir como una pascua permanente.

El último conflicto de Jesús resumió todos los demás y terminó con su resurrección. Llamamos este paso la pascua. Todos los conflictos de Jesús eran ya el anuncio de la pascua definitiva, porque supo vivirlos positivamente. Esto es un ejemplo y una esperanza para nosotros. Jesús es nuestro modelo en los conflictos: no eludió ninguna, sino que los enfrentó para sacar provecho de todos ellos. Si lo queremos, puede ocurrir lo mismo para nosotros. Los conflictos son desafíos que nos invitan a pasar a una vida mejor, personal y colectivamente. Son las pequeñas ‘pascuas’ que Dios siembra en nuestro camino: al enfrentarla positivamente nos preparamos a convertir nuestra muerte en nuestra pascua definitiva, o sea, la unión con la resurrección de Jesús.

Solamente en Comunidad, unidos a los que hacen de su vida una lucha permanente y enraizados en el ejemplo de Jesús, nos iremos haciendo verdadero devotos de Cristo Rey, que nos arrastra tras sus victorias y la participación alegre en su reinado.

 TEMA  6 :  NUESTRAS  DESTRUCCIONES  DEL  REINO.

 

 

Saludos. Canto y Letanías a Cristo Rey.

Motivación desde nuestra realidad.

-          Hemos visto que podemos estar o no estar en el Reino: depende de nuestra manera de vivir sea conforme a las palabras y al ejemplo de Jesús, sea en forma opuesta. Al no estar en el Reino, no estamos colaborando a su crecimiento. Sólo viviendo los valores del Reino, aportamos a su construcción: pasamos a ser artesanos del Reino.

-          Hoy vamos a ver que podemos hacer retroceder el Reino, cuando nos unimos a las fuerzas organizadas para su destrucción. El Reino se puede destruir por nuestras malas actividades y por las malas actividades de las organizaciones e instituciones humanas, cuando obedecen y obedecemos a las maniobras del demonio. Se trata ahí de lo que se llama ‘el pecado social o institucional’. Conversemos.

Conversemos.

  1. ¿Podemos dar nombres de organizaciones que trabajan a la destrucción del Reino? ¿De qué maneras?

Palabra de Dios con su comentario dialogado. Canto. Efesios 6,10-20: el imperio de la muerte.

2.       Según San Pablo, ¿contra quiénes está dirigida la lucha de los cristianos?

  1. Según el mismo Pablo, ¿cuáles son las herramientas de los cristianos para contrarrestar las fuerzas del mal?
  2. ¿A qué nos comprometemos personalmente y con los demás para impedir la destrucción del Reino?

Oraciones comunitarias entre todas y todos.

Oración de conclusión: Señor Jesús, por las palabras de San Pablo nos revelas que las fuerzas del mal están organizadas para destruir el Reino. Te pedimos, como Cristo rey, de hacernos entrar personal y comunitariamente en tu lucha victoriosa, para que reinemos contigo, gracias al Espíritu Santo que vive con nosotros por los siglos de los siglos. Amén.

Bendición y canto final.

Nota. Ver el lugar de la próxima reunión y la repartición de las tareas.

 

 

COMENTARIO  6 :  ENFRENTEMOS  TAMBIÉN  EL  IMPERIO  DEL  MAL.

 

1. A veces nos hacemos cómplices del mal y del imperio del mal.

Nos hacemos cómplices del mal, cuando dejamos que el odio, la violencia y las demás fuerzas de destrucción y de muerte se apoderen de nosotros y nosotras. Con estas malas actitudes, imponemos a otros sufrimientos y atropellos: hacemos retroceder el Reino. Pero también descubrimos que se nos impone violencias y destrucciones, cuando instituciones están organizadas para hacernos daño. Aquí se trata de una organización social, política, judicial, informativa, o sea, el neoliberalismo, que nos empobrece, paga salarios de miseria, aumenta sin fin las desigualdades y favorece la corrupción y la impunidad, o de la deuda externa mediante el FMI (Fondo Monetario Internacional) que nos mata de hambre, de analfabetismo y de enfermedades, o del comercio internacional injusto que, por medio de la OMC (Organización Mundial del Comercio), nos despoja de nuestras materias primas o nos las paga con precios insignificantes, … Por eso, muchas veces nos sentimos impotentes.

 

2. El imperio de la muerte según San Pablo.

Con otras palabras que las nuestras, San Pablo nos describe una situación bastante:

-          Las fuerzas del mal están conscientemente organizadas contra el Reino: eso es el imperio de la muerte,

-          El motor de esta maldad tiene su origen en el poder real y muy grande del demonio, pero, podemos resistir esta situación e invertirla con la fuerza de la oración, de la Palabra de Dios, de los sacramentos y del Espíritu Santo, porque nos comunican la fuerza de la resurrección.

 

3. Nos toca emprender tres tareas para derrotar este imperio de la muerte.

-          Ser consciente de esta situación y desvelar sus mecanismos perversos y destructores.

-          Protegernos mutuamente dando a conocer las trampas de este imperio diabólico,

-          Organizarnos para fortalecer las fuerzas positivas del Reino en nosotros, entre nosotros y en todas las organizaciones que promueven los valores del Reino. Pues, el Reino no se detiene: si está destruido por un lado, resurge más fuerte por otro. Ahí estemos nosotros y nosotras.

 

 

TEMA  7 :  EL  PRECIO  DEL  REINO  ES  LA  CRUZ  Y  LA  RESURRECCIÓN.

 

 

Saludos. Canto y Letanías a Cristo Rey.

Motivación desde nuestra realidad.

-          Hemos visto que los conflictos son parte de toda vida. Jesús los tuvo y los transformó en su pascua, o sea, el paso hacia una vida mejor. Su mayor conflicto fue el de la cruz. Al aceptarla hizo de ella el camino hacia la resurrección.

-          Las cruces son también la realidad de nuestra vida. Dios no quiere que suframos. Es el pecado que ha traído el sufrimiento. No se trata de buscar el sufrimiento, sino de transformarlo en una oportunidad de vida.

Conversemos.

  1. Nombremos a personas que han dado o están dando su vida para que vivamos mejor.

Palabra de Dios con su comentario dialogado. Canto. Juan 12,20-27: una muerte para la vida.

  1. Según la comparación de Jesús, ¿cuáles son los pasos por los que pasa el grano de trigo para dar frutos en abundancia?
  2. ¿En qué momentos de nuestra vida hemos tenido un proceso parecido al del grano de trigo?
  3. ¿Cómo nos vamos a ayudar a llevar nuestras cruces para que sean fuentes de vida?

Oraciones comunitarias, entre todas y todos.

Oración de conclusión: Señor Jesús, tu vida fue una entrega permanente para la victoria del Reino: por eso te invocamos con Cristo rey. Haz que imitemos tu ejemplo siendo servidores de la vida hasta las últimas consecuencias, ya que ‘perder la vida por el Reino es ganarla por la vida eterna’, gracias al Espíritu Santo que vive con nosotros por los siglos de los siglos. Amén.

Bendición y canto final.

Nota. Ver el lugar de la próxima reunión y la repartición de tareas.

 

 

COMENTARIO  7 :  EL  ESCÁNDALO  DE  LA  CRUZ.

 

1. La dura realidad de la cruz en nuestras vidas.

La cruz no fue querida por Dios ni deseada por Jesús. Dios no castigó a su hijo, ni Jesús fue masoquista: el sufrimiento debe ser desterrado, si no la cruz se queda como un mero escándalo. Para Jesús la cruz fue por una parte la consecuencia de su misión de Profeta: denunciar la maldad de sus compatriotas, y por otra la mayor muestra de solidaridad con la realidad de sufrimientos de los pobres de ayer y de hoy: asumió la condición de los pobres y sus sufrimientos. Por su fidelidad a Dios, por su solidaridad con los pobres, por su valentía frente a las consecuencias de sus palabras y de sus actos, Jesús hizo de la cruz, cosa mala, un comino hacia la resurrección un mundo mejor, o sea, el Reino.

 

2. La comparación del grano de trigo.

Detengámonos en las distintas etapas de la comparación del grano de trigo:

-          ‘Caer en tierra’, o sea, enterrarse: Jesús se encarnó, se enterró en el Pueblo de los Pobres como único camino hacia el Reino. Hizo suya la causa de los pobres: fue su opción radical.

-          ‘Morir’: Jesús nos dio el verdadero sentido de la muerte, o sea, el paso a mejor vida, por haber sido fiel a Dios, solidario con los pobres y valiente frente a las autoridades.

-          ‘Dar mucho fruto’: el amor de Jesús hasta lo extremo y la aceptación de las consecuencias de su opción por los pobres hizo que su muerte se multiplicara en muchos frutos de vida para él, con la resurrección, y para nosotros, con el Reino.

 

3. Amar hasta morir para vivir y hacer vivir mejor.

-          Sigamos el ejemplo de Jesús, fructífero grano de trigo para el Reino:

-          Identifiquémonos con la realidad de la pobreza digna.

-          Destruyamos en nosotros al ‘hombre viejo’ esclavo del pecado.

-          Demos a diario nuestra vida al servicio del crecimiento de los demás y del Reino.

 

 

 

 

 

 TEMA  8 :  EL  PROYECTO  DEL  REINO.

 

Saludos. Canto y Letanías a Cristo Rey.

Motivación desde nuestra realidad.

-          Podemos decir la armonía es la primera cualidad del Reino: armonía en nosotros mismos, armonía con los demás, armonía con la naturaleza y armonía con Dios.

-          Este sueño con 4 caras no es el ‘paraíso perdido’, sino el paraíso a construir: con el Reino se hace realidad progresiva y dolorosamente. El modelo y la realidad del Reino están a nuestro alcance.

Conversemos.

  1. ¿Qué personas nos gusta admirar? ¿Por qué motivos?
  2. Analicemos este “Árbol del Reino”.

Palabra de Dios con su comentario dialogado. Canto. Génesis 2,5-25: un mundo en armonía.

3.       En este poema de la creación:

-          ¿Cómo se manifiesta la armonía en la naturaleza?

-          ¿Cómo se manifiesta la armonía en el propio ser humano?

-          ¿Cómo se manifiesta la armonía en la primera pareja?

-          ¿Cómo se manifiesta la armonía con Dios?

  1. Y nosotros, ¿dónde tenemos que hacer más presente esta realidad de armonía?

Oraciones comunitarias.

Oración de conclusión: Señor Jesús, alcanzaste en tu persona restaurar la armonía para toda la creación. Por eso eres el Cristo rey. Haz que participemos de esta armonía tuya para hacerla reinar en todas parte mediante la belleza, la entrega, la unión y la fe, gracias al Espíritu Santo que vive con nosotros por los siglos de los siglos. Amén.

Bendición y canto final, entre todas y todos.

Nota. Lugar para la próxima reunión y repartición de tareas.

 

COMENTARIO  8 :  SOÑAR  EL  REINO  CON  DIOS  PARA  HACERLO  REALIDAD.

 

1. Soñar belleza, bondad y verdad.

La creación nos regala belleza tanto en toda la naturaleza como en el mismo cuerpo humano: ‘Y vio Dios que todo cuanto había hecho era muy bello’ (Génesis 1,11). ¡Quién no se admira de la creación! El mismo Dios nos invitó a ‘cultivar la naturaleza y a cuidarla’ (2,15). Entre los humanos, la primera cualidad humana es la bondad. ¡Qué bonito escuchar: esa persona es muy buena’! Jesús dijo: ‘¡Felices los compasivos, porque obtendrán misericordia!’ (Mateo 5,7).

El regalo de Dios, a merecer, es la verdad: su Palabra, Jesús, la Comunidad son los medios que puso a nuestra disposición para que no anduviéramos perdidos. Esto fue el sueño de Dios en la creación y sigue siéndolo hoy, para que lo hagamos realidad: el Reino.

 

2. El sueño de Dios está en el poema de la creación

El sueño de Dios está en los 2 primeros capítulos del Génesis, donde Dios va creando el mundo y la humanidad: ahí está la raíz de toda organización social. El origen de la creación es Dios. Su creación consiste en compartir con otros lo que es, o sea, vida y amor. Lo que busca Dios en su creación es la armonía entre todo y todos.

-          Primero, Dios creó la naturaleza que es para el bien de todos: es un regalo a compartir entre todos, según la necesidad de cada uno. Esto se llama la ECONOMÍA. Ahí, el pecado va a ser el acaparamiento o la acumulación. Ver Éxodo 16,14; Mateo 20,1-16; Hechos 2,42-44 y 4,32-35.

-          Luego, Dios creó la humanidad, cuya meta es el convivir. Esto va a ser el campo de la POLÍTICA. Ahí, el pecado será de dominar. Ver Éxodo 18,13-27; 1° Samuel 8; Marcos 10,42-47.

-          En fin, Dios, soplando sobre el varón y la mujer, les regaló su propia sabiduría que nos permite expresarnos de múltiples maneras. Este campo va a ser él de las IDEOLOGÍAS. Aquí, el pecado será de mentir y engañar. Ver Daniel 2; Lucas 4,16-21; 1° Corintios 1,26-29.

Así, descubrimos que nada es extraño al sueño de Dios: eso es el Reino que lo abarca todo. En todo esto tenemos que trabajar para que sea más conforme al proyecto de Dios. Es con Moisés que el sueño de Dios comenzó a hacerse realidad, durante unos 250 años. Jesús retomó muchos aspectos de este proyecto.

 

3. Nuestros sueños son el futuro, a construir desde ya.

                El paraíso no es tanto algo del pasado, sino del presente y del futuro. Es nuestro trabajo de hijos de Dios y de seguidores de Jesús: así manifestamos que Dios reina y Cristo es el rey de toda la creación.

 TEMA  9 :  LA  CELEBRACIÓN  GOZOSA  DEL  REINO.

 

 

Saludos. Canto y Letanías a Cristo Rey.

Motivación desde nuestra realidad.

-          Nuestras actitudes frente al Reino son varias: conocer y reconocerlo, entrar en él construyéndolo, saber de su destrucción y dejar de ser cómplices de ella, pero también tenemos que saber celebrarlo.

-          La misa debe ser la mayor celebración del Reino: pedimos perdón por su destrucción, la Palabra de Dios nos ayuda a reconocer su presencia y colaborar a su avance, Jesús transforma nuestros esfuerzos, nuestros dones y nuestras personas en su propia presencia, y nos hace comulgar al Reino.

-          Recojamos los frutos de esta novena para alegrarnos, ofrecerlos a Dios y celebrarlos: así los iremos multiplicando.

Conversemos.

  1. ¿Qué es lo que más nos ha gustado en esta novena?

Palabra de Dios con su comentario dialogado. Canto. Apocalipsis 21,1-8: cielo nuevo y tierra nueva.

2.       ¿A qué comparó Juan el cielo nuevo y la tierra nueva?

  1. Echando una mirad sobre esta novena, ¿cuáles son las mayores tareas que tenemos por delante?
  2. ¿Qué nos proponemos para llevar a cabo alguna de estas tareas?

Oraciones comunitarias, entre todas y todos.

Oración de conclusión: Cristo rey, el reino que instauraste se hace presente en medio de nosotros y nosotros cada vez que lo queremos así. Te pedimos, como gracia de esta novena, que nos mantenga unidos a ti y entre nosotros y nosotras, con la ayuda del Espíritu Santo que vive con nosotros por los siglos de los siglos. Amén.

Bendición y canto final.

Nota. Agradecer y accordar la próxima tarea: fecha, lugar, responsables,…

 

 

COMENTARIO  9 :  CELEBRAR  EL  CAMINO  RECORRIDO.

 

1. Evaluar la novena.

Siempre son necesarias las evaluaciones de nuestras distintas actividades. Esto nos permite no sólo ver algunas fallas que siempre hay en toda acción humana, sino sobre todo compartir lo que hemos descubierto y gozado en aquella. Es también una manera de celebrar nuestros avances como crecimientos del Reino. Así nos fortalecemos para vivir, creer y actuar mejor. De esta novena, habría que evaluar la concurrencia, la participación, el contenido, los momentos más fuertes, los puntos débiles, lo que más gustó, lo que faltó, … Para que tantos esfuerzos queden en el aire, hay que programar alguna próxima actividad, sea social en bien del barrio, sea religiosa para alguna fiesta venidera, como por ejemplo la Navidad. Fuera bueno poner fecha, lugar y responsables, para mantener viva la lámpara prendida en esta novena.

 

2. Apocalipsis: Participaremos mañana del Reino si hoy lo hemos comenzado a hacer realidad.

El cielo nuevo y la tierra nueva son comparables a una ‘hermosa ciudad santa’. Por ciudad, se quiere significar la unión de la gente en una sola Comunidad, y por santa, la presencia de Dios en el centro de esta ciudad. Esta ciudad santa es hermosa porque en ella se hace realidad el sueño de Dios que es belleza, bondad y verdad. Es la reconciliación de toda la creación, o sea, la armonía del Reino. Los frutos de esta unión de hermanos/as y compañeros/as junto a Dios manifiestan la desaparición de lo que significa sufrimientos: ‘lágrimas, muerte, duelo, gemidos y pena’. A veces, personal y colectivamente, tocamos este paraíso, no perdido, sino que está viniendo un poco como un pedazo de cielo sobre la tierra.

 

3. ‘Comenzando ya la fiesta que vendrá’.

Lo que podemos construir y tocar del Reino es sólo un esbozo. Pero no por eso es menos realidad o pura esperanza para mañana. El Reino es muy real en su triple dimensión con la naturaleza, con los demás y con Dios mismo. Hay que ‘comenzar a celebrar ya la fiesta que vendrá’, sin esperar.

Mañana se nos lo regalará en totalidad sin hemos comenzado, en nuestra vida terrena, a hacerlo realidad aunque sea poco. Y cuando hemos logrado algo más de su presencia, cuando nos damos cuenta que crece cerca o lejos, sepamos comunicárnoslo y, sobre todo, celebrarlo, sí, celebrarlo.

 

 

 

 A N E X O S.

 

 

CONTENIDO

1.      Jesús Cristo es el Señor

2.      Contenido original: CEBs de Guayaquil

3.      Somos un Reino de fraternidad y libertad.

 

 

ANEXO  1 :  JESUCRISTO  ES  EL  SEÑOR  DEL  REINO.

 

Contenido: Nuestro encuentro actual es con el resucitado.

  1. El hombre Jesús.
  2.  Jesús, el Cristo es el profeta del Reino.
  3.  El Señor es el resucitado y está vivo en medio de nosotros.
  4.  Nuestro testimonio personal y colectivo.

 

            Nuestra experiencia de Jesús es con el resucitado, como fue el caso para San Pablo: Pablo no conoció al Jesús humano en la tierra de Palestina, sino en el camino a Damasco. ‘¿Por qué me persigues? - ¿Quién eres, Señor?’ (Hechos 9,4-5). Para Pablo, Jesús era el Señor que se identificaba con sus discípulos. Hoy es en las personas donde hacemos la experiencia de Jesucristo. No solamente se trata de conocerlo como se conoce a un personaje histórico del pasado, sino más bien reconocerlo vivo hoy en los demás, especialmente en los pobres y en los Pueblos marginados. Esto es ser cristiano: somos los que seguimos a Jesús porque está vivo entre nosotros hoy.

A partir de ahí, nos preguntamos y buscamos saber quién fue este Jesús humano como nosotros, qué hizo y dijo este Cristo Profeta del Reino, por qué murió y resucitó y por qué mandó a sus discípulos para que continuaran su obra. Esto se consigue, con las luces que nos da el Espíritu, mediante la lectura del Evangelio personal y comunitariamente, la construcción del Reino, y también con la ayuda de unos especialistas. Ahora, vamos a seguir 3 pasos para a entrar en este conocimiento y reconocimiento de Jesús: el hombre, el profeta del Reino y el Señor resucitado.

 

A. EL HOMBRE JESÚS: SU IDENTIDAD Y SU VIDA HUMANA.

            Para conocer al Jesús histórico, tenemos que buscar cómo nos lo presentan los Evangelios, para descubrir allí su rostro humano. Con la ayuda de los especialistas, encontramos lo siguiente.

 

  1. Su familia era originaria de Galilea

La Galilea está al norte de Palestina: era una región marginada por los de la capital, al sur. Su tierra era fértil y su gente rebelde y bulliciosa. La familia de Jesús era de condición humilde: María es una mujer del Pueblo y José, carpintero, trabajador manual. Jesús no eligió la capital ni una familia pudiente o de renombre, buscó la periferia, la sencillez, la pobreza.

  1. Jesús nació durante un viaje

Fue en Belén, lejos de Nazaret y de Jerusalén, en el campo, en medio de pastores, gente poco recomendable en esa época. Pero recibió la visita de los magos, unos sabios extranjeros, que habían descubierto l señal de su nacimiento en una estrella fugaz. Por envidias del rey Herodes que quería matar al Niño, toda la familia tuvo que exiliarse y vivir en país extraño, Egipto. Jesús comenzó muy tierno a sufrir las consecuencias de la pobreza y de la realidad de los pobres.

  1. A los 12 años, tomó su primera iniciativa de joven

Se quedó a Jerusalén, la capital, sin el permiso de sus padres. El Templo era el centro de toda la vida: tanto de la organización del país, como de la fe de su Pueblo. Todo se decidía allí: los sacerdotes eran el gobierno, dictaban las leyes, tenían su policía, controlaban las finanzas… Par Jesús había mucho que aprender en Jerusalén: una simple visita de paso no era suficiente.

 

  1. Luego fueron unos 18 años de silencio.

Jesús se fue a encarnar en la vida de su Pueblo y de su país, para aprenderlo y conocerlo todo.

a)      Conoció la naturaleza, las puestas del sol, las montañas, los ríos, el mar, los pájaros, las flores …

b)      Conoció los distintos trabajos de su gente, del campesino, del artesano, de las mujeres, de los pescadores…

c)      Conoció la dominación de los romanos, su impuestos, el simple soldado y los capitanes …

d)      Conoció los movimientos religiosos de su época, cada uno con su propia visión del Reino:

-          Para los sacerdotes, el Reino se confundía con el poder bajo todas sus formas,

-          Para los fariseos y saduceos, el Reino consistía en cumplir la Ley: ellos eran los encargados de explicarla,

-          Para los zelotes, el Reino era de los judíos, por eso había que echar fuera a los romanos hasta por medios violentos,

-          Para los esenios, el Reino consistía en retirarse en el desierto y limitarse en lo espiritual,

-          Para Juan Bautista, el Reino era cambiar de vida par escapar a la condenación. Será con el que Jesús se identificó más.

e)      Conoció también Jesús el plan de Dios, por ir, sábados tras sábados a la sinagoga, a Jerusalén cada año, por rezar a solas con su Padre… Jesús se adentró en la Biblia, hizo suyo el Antiguo Testamento, descubrió el proyecto de Moisés, el mensaje de los profetas, la esperanza de los pobres…

 

Humano, Jesús lo quedó toda su vida: sintió la sed, como en el pozo de Jacob donde pidió a una Samaritana un poco de agua; cansando se durmió en la barca mientras se desataba una tempestad sobre el lago de Galilea; saboreó la amistad de los 12 y de otros amigos y amigas como Lázaro, Marta y María, María Magdalena, y las mujeres que lo acompañaron hasta el pie de la cruz; se estremeció de alegría al ver cómo los pobres acogían su mensaje; lloró la muerte de Lázaro y sobre su ciudad que no había ‘querido escuchar el mensaje de paz’ que él traía; sudó sangre en el huerto de Getsemaní antes de enfrentar los maltratos, las humillaciones, las torturas y la muerte en cruz, por seguir fiel a su misión de mantenerse solidario con los pobres: la cruz fue el precio a pagar por esta solidaridad; descubrió poco a poco su misión y los caminos para cumplirla; se sintió abandonado por su Padre cuando lo crucificaban, pero confió en él hasta el final: ‘He cumplido. Entre tus manos pongo mi espíritu’.

            Jesús, humano hasta el extremo, sigue siendo hoy nuestro compañero de camino.

 

B. JESÚS, EL CRISTO: PROFETA DEL REINO.

            Este Jesús humano pasó a ser el Cristo, el Mesías, el Ungido de Dios, la Palabra de Dios, el Maestro, el Buen Pastor, el Hijo del Hombre, … Jesús fue el Emmanuel, o sea, ‘Dios con nosotros’; y el Emmanuel fue Jesús, o sea, ‘Salvador’. Su ministerio itinerante duró 3 años porque los grandes de su tiempo no le dejaron más tiempo para hablar, hacer milagros y enfrentarse con todo lo que no era a favor del Reino.

 

1.      Tres años de charlas a la vez muy sencillas y muy profundas.

Jesús quiso revelar el verdadero rostro de su padre, manifestar su proyecto de vida, su sueño de que su reino se haga realidad. Quiso manifestar también cómo tienen que vivir los seres humanos para ser felices desde ya y para siempre. Entonces Jesús se encontró con todos los que se le cruzaban por su camino, especialmente a los pobres abandonados, a las mujeres muy discriminadas, a los niños marginados, a los pecadores condenados… animó a todo aquel que buscaba una luz y lo invitaba a dar un paso más. Habló de la vida, de los problemas, de la naturaleza, de los acontecimientos... De tal modo que todos y todas podían entenderlo y seguirlo.

 

2.      Tres años de milagros para manifestar que el Reino ya está presente

Para Jesús, el sueño de dios no era un engaño o una promesa para mañana: ya se hacía presente a través de él. Sus milagros demostraban que un nuevo modo de vivir era posible y que el mal no tenía la última palabra. Por él, dios quería un mundo sin hambre, sin enfermedades, sin llanto, sin muerte. Con él, dios buscaba establecer la armonía del ser humano consigo mismo, con la naturaleza, con la demás, afín que la comunión con su padre fuera una realidad. En él y para todos, dios quiso que triunfaran la vida, el amor, la felicidad. Los milagros de Jesús anticipaban esta realidad.

 

3.      Tres años de conflictos que terminaron con su muerte injusta

El pecado y la maldad no se dieron por vencidos así no más. Jesús tuvo que pasar por muchos conflictos a lo largo de su misión: el mal se la cruzaba por el camino en todo momento, porque anida en todos y en todas.

-          Conflictos con su propia familia: esta lo creía loco y mandaron a su madre María para que Jesús regresara a casa y se quedara tranquilo. ‘¿Quién es mi madre, quiénes son mis hermanos? Todo aquel que hace la voluntad de mi Padre es mi madre y mis hermanos’.

-          Conflictos con su mismo pueblo, Nazaret: no creían en él y hasta lo querían echar al barranco. ‘Pero él, pasando en medio de ellos siguió su camino’.

-          Conflictos con sus apóstoles: se disputaban el primer lugar, dudaban de él, no entendían lo del Reino, ni de su muerte y resurrección; Pedro le cerró el camino a Jerusalén y lo negó 3 veces: Judas lo traicionó, todos se durmieron mientras venían a apresarlo y luego todos se corrieron.

-          Conflictos con las autoridades de su tiempo: Jesús vino a manifestar a un Dios liberador de las personas y relaciones de igualdad y de justicia. Los sacerdotes se habían adueñado de la religión y de la gente. Jesús hacía tambalear su autoridad y sus privilegios: la solución fue suprimirlo, manipulando al Pueblo y presionando a Pilato.

Estos 3 años de charlas, milagros y conflictos terminaron con su muerte, en un fracaso aparente.

 

B. JESUCRISTO ES EL SEÑOR RESUCITADO.

            Dios no podía dejar que la maldad triunfara del amor, la mentira de la verdad, la injusticia del servicio, el odio del perdón, la muerte de la vida. Por eso, resucitó a Jesús. Desde ahí, todo cambiaba: terminaba la desesperanza, se acababa el miedo, finalizaba la tristeza, se hundía la muerte. Y se abrían la puerta de la esperanza, la ventana de la confianza y el camino de la felicidad. Todo podía comenzar de nuevo.

 

1.      Jesús resucitado pasó 40 días más con sus apóstoles.

Había que finiquitar la tarea para que el proyecto del reino siga adelante. Había que devolver la confianza en estos apóstoles confundidos:

-          Tuvo Jesús que caminar 30 kilómetros con Dios discípulos de Emaús par que entendieran que ‘el Mesías debía sufrir y morir para entrar en su gloria’.

-          Tuvo Jesús que seguir demostrando amistad y ternura a sus amigos y amigas: a Magdalena que lo vio, la primera, resucitado, para que los apóstoles descubran el valor de los pequeños, a los que habían pescado toda una noche en vano para que el desayuno en la playa selle un compromiso sin falla.

-          Tuvo Jesús que preguntarle 3 veces a Pedro si lo amaba de verdad para que pudiera ‘confortar a sus hermanos en la fe’ y ser la piedra base de la Iglesia.

 

2.      Jesús resucitado envió el Espíritu.

Antes de separarse de sus discípulos les dijo: ‘No tengan miedo. Estaré con Uds. Hasta que se termine este mundo. No los dejaré huérfanos, sino que les enviaré el espíritu’. El espíritu iba a ser la nueva presencia de Jesús con sus seguidores. Cada uno lo recibirá para tener la luz, la fuerza y la sabiduría necesarias para continuar la tarea de construir el reino. No se encerrará exclusivamente en ningún grupo particular, sino que será el motor del bien que se hagan cualquier parte. El espíritu se adelantó a pedro cuando este iba a predicar la buena nueva a los gentiles, y precedió a pablo cuando este evangelizaba a lo paganos para que sus corazones se abran al evangelio.

      Hoy el Resucitado sigue caminado con nosotros y enviándonos su espíritu, para que colaboremos en la obra del reino.

 

C. NOSOTROS SOMOS TESTIGOS DEL RESUCITADO.

            Como nuevos discípulos de Jesús, nos toca hacer presente al resucitado y a ayudar a otros y otras a reconocerlo, para continuar juntos su obra: la continuación del Reino. Ahora somos su Palabra, actualizamos sus milagros, completamos con nuestros sufrimientos ‘lo que falta a su pasión’, hacemos real y viva su resurrección, por la fuerza de su Espíritu. Nuestra tarea es triple: reconocerlo como resucitado, manifestar su presencia viva y celebrarlo alegremente.

 

1.      Primero reconocerlo, como lo reconoció Pablo en el camino a Damasco.

Pablo no conoció al Jesús humano como los demás apóstoles, sino que lo reconoció resucitado. A nosotros, de igual manera, Jesús se nos revela no solamente en la oración, la palabra de dios y los sacramentos, sino sobre todo en los acontecimientos y las personas que nos rodean, especialmente en los pobres y en las organizaciones humanas que viven los valores del reino. Ayudémonos a ver esta presencia constante del resucitado en medio de nosotros y nosotras, y alimentemos nuestra oración de esta presencia vivificadora.

 

2.      Luego, comunicar este reconocimiento del resucitado.

No podemos quedarnos solo en reconocer a Jesús resucitado. Tenemos que confesarlo, comunicarlo, primero, entre nosotros y nosotras, luego con los que nos rodean. Esto fortalecerá nuestra esperanza y nuestros esfuerzos de vivir según el evangelio de Jesús; esto ayudará a nuestros hermanos y hermanas a revivir en su fe y compromiso.

 

3.      En fin, celebrarlo humana y cristianamente.

Es este tercer paso que da a nuestro vivir cristiano su plena dimensión: la de la fiesta y las celebraciones, desde nuestra fe. Espontáneamente, nuestra gente sencilla sabe celebrar los pequeños logros y éxitos de su vida, de sus esfuerzos y de sus luchas. Y en estas celebraciones muchas veces están presentes unas oraciones y una palabra de dios. Es un camino que hay que valorar y acostumbrar. Estas celebraciones darán una dimensión trascendental a lo que hacemos, buscamos y somos: como si tocáramos del dedo al cielo y al resucitado. Luego nos será más fácil rezar, discernir la vocación y la misión que nos toca realizar, integrarnos como comunidad viva y continuar a trabajar por el reino.

 

 

ANEXO  2 :  LA  NOVENA  A  CRISTO  REY. Original de las CEBs de Guayaquil

 

  1. Los caminos del Reino. Lucas 4,1-13: las tentaciones en contra del Reino.

A veces el Reino nos parece ‘del otro mundo’ y, al mirar la situación el que nos encontramos, caemos en la tentación de desesperar. Sepamos enfrentar cualquier clase de conflictos.

  1. Los conflictos del Reino. Lucas 4,1-13: las tentaciones en contra del Reino.

      A veces el Reino nos parece ‘del otro mundo’ y, al mirar la situación el que nos encontramos, caemos en la tentación de desesperar. Sepamos enfrentar cualquier clase de conflictos.

  1. Los riesgos del Reino. Marcos 4,35-41: Jesús calmó la tempestad.

      La construcción del Reino es algo difícil. Hacer que Cristo reine entre nosotros nos exige enfrentar vientos contrarios y, a veces, tempestades terribles. Pero Jesús lucha con nosotros y su resurrección nos asegura el triunfo definitivo.

  1. La destrucción del Reino. Efesios 6,10-20: el imperio de la muerte.

      Hemos visto cómo impedimos el avance del Reino. Hoy vamos a ver cómo lo hacemos retroceder. El imperio del mal exige de nosotros una respuesta muy decidida par que otros no pierdan las esperanzas.

  1. El horizonte del Reino. Génesis 8 y 9: la primera alianza de Dios con nosotros.

      Nos damos cuenta que nuestra realidad es como las 2 caras de una misma moneda: una es dominada por al mal y la otra por el bien. O nos salvamos juntos por vivir la fe, es decir, obrando bien personal y colectivamente, o nos perdemos también juntos por caer en el individualismo, la ambición, el odio... Cristo nos llama a la solidaridad para hacer real su Reino.

  1. El Reino es de Dios. Marcos 11,15-19: un culto sin negocios

      A veces decimos o escuchamos: ‘Esto no es del Reino’. Jesús es la verdad de Dios: su palabra, sus gestos, su manera de vivir nos permiten saber si estamos con Dios o contra él. No podemos servir a 2 señores. O Dios o el dinero. El Reino es de Dios y solo de él.

  1. El precio del Reino. Juan 12,20-26: una muere para la vida.

      ‘Sacrificarlo todo por el Reino’: ¡qué linda expresión! De hecho, en esta está nuestra salvación, o terminamos en el fracaso. Descubramos que podemos estar dando la vida a diario sin darnos cuenta, Entonces, el Reino ya habita en nosotros.

  1. El modelo del Reino. Génesis 2,5-25: un mundo de armonía.

      ‘El paraíso’ no es un sueño perdido: es la proyección del mañana y el proyecto de hoy. Es el Reino que vamos construyendo pedazo a pedazo. Conozcamos mejor el sueño de Dios para hacerlo realidad.

  1. La celebración del Reino. Lucas 14,15-24: el Reino es la fiesta de los pobres.

      El Reino está realizado en Jesús y nosotros participamos de él cuando vivimos en armonía con la naturaleza, los demás y Dios. Juntos nos ayudamos para mantenerla viva, para volver a implementarla donde hace falta, fortaleciéndola siempre en nuestros esfuerzos comunitarios. En las fiestas fraternales y en los sacramentos, celebramos juntos esta armonía del Reino.

 

 

ANEXO 3: SOMOS UN REINO DE FRATERNIDAD Y DE LIBERTAD.

 

Descubrimos que somos de una misma clase social: la de los oprimidos y despreciados, "basura del mundo", como dice San Pablo a los corintios (Primera 1,27-31) y a los Filipenses (3,8-10). Para Dios, somos sus preferidos; y Cristo nos elige para llevar a la luz y a la práctica su mensaje liberador.

Acordes con la mayoría de pueblo de los pobres, los obispos han lanzado "la opción preferencial por los pobres" (Puebla 1134), como característica de una verdadera vida cristiana. Solamente los pobres - y en especial los indígenas -, unidos en fraternidad, haremos realidad un mundo nuevo. Las demás clases sociales tienen que convertirse a la sabiduría y a la práctica  delos pobres. Decía Jesús: "Felices los pobres porque de ellos es el Reino de Dios" (Mateo 5, 3) y al estudiar Nicodemo: "Si no renaces, no puedes entrar en mi Reino" (Juan 3, 3).Renacer hoy es convertirse a la opción de los pobres: ahí esta la verdadera conversión.

Si los pobres somos la semilla del Mundo Nuevo, tenemos que valorarnos, reconocer nuestra grandeza, admirar nuestra cultura popular, rescatar nuestros valores. Los verdaderos pobres compartimos, nos solidarizamos con los maltratados, no explotamos a nadie perdonamos a nuestros operarios, luchamos con todos los que quieren cambiar el actual sistema de injusticias, confiamos en Dios y sabemos que su palabra se cumplirá...

No tengamos miedo a las palabras: hacer un mundo nuevo según el corazón de Dios es hacer una Revolución, una revolución que se inicia y progresa cada día: es dar su vida, su tiempo en el trajinar cotidiano para que triunfen la unión, la paz, la fe; es actualizar la muerte y resurrección de Jesús, o sea, “completar en nuestro cuerpo (y en el cuerpo del pueblo) lo que falta en la pasión de Cristo”, como lo dice el mismo Pablo a los Colosenses (1,24). La basura del mundo, los despreciados del continente somos la tierra de sembrío que Dios elige para hacer  germinar y crecer plantas y frutos de resurrección: “Somos un pueblo Santo, un reino divino...”, dice San Pedro (Primera Carta 1,9-10).

Hermanos: sigamos adelante en esta fe y en esta misma lucha cristiana… en fidelidad a tantos hombres y mujeres que han dado su vida por la causa de los pobres, porque “es la causa de Cristo” (Mensaje 3 del Documento de Medellín).